jueves, 25 de febrero de 2021

 

Siempre descubriré y experimentaré que me falta algo. Nunca estaré satisfecho y siempre, sean bienes materiales o espirituales, estaré necesitando algo. Me doy cuenta que no puedo con todo y que tampoco mi poder es poderoso para solucionar todo. Siempre estaré inquieto y necesitado.

Y es ese reconocimiento de mi pequeñez y limitaciones el que me ayudará a reconocerme necesitado y en actitud de pedir. De pedir humildad, sabiduría, para darme cuenta de mi pobreza y pecados y, sobre todo, voluntad para despojarme de todo aquello que me impide ver el Poder de Dios y su Amor Misericordioso.

Por tanto, ¡qué cosa mejor que terminar este humilde pensamiento con una oración de petición! Despójame, Señor, de toda soberbia, de toda vanidad y orgullo de creerme mejor, suficiente y capacitado para dirigir y satisfacer mi vida por y con mis propias fuerzas. Amén.

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