domingo, 28 de marzo de 2021

Esto ocurrió para que nosotros nos diésemos cuenta del verdadero Amor de nuestro Padre Dios. Encarnado en Naturaleza humana, entregó su Vida por Amor y nos indicó el único y verdadero camino de salvación: Amar como Él no ama. Y eso exige verdadera humildad.

Hoy, cada día y en cada Eucaristía, Jesús se ofrece en un sacrificio incruento y bajo las especies de pan y vino por y para la redención de toda la humanidad. Sigue el triunfo del Amor salvándonos, y solo por medio del amor el mundo alcanzará la salvación.

Por tanto, la Cruz es signo de salvación. Y eso es lo que celebramos en este tiempo de la Pasión y Muerte del Señor. El triunfo del Amor sobre la muerte. Un Amor que nace desde la humildad y la sencillez. Un Amor que se da libremente, gratuitamente.

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