domingo, 4 de julio de 2021

 

La experiencia nos descubre que nos es más difícil dar testimonio con nuestra palabra en nuestra propia familia que fuera de ella. De la misma forma sucede lo mismo en nuestro pueblo. Sin embargo, sorprendentemente, no pasa lo mismo cuando nuestra palabra viaja y se manifiesta en otros lugares.

El Evangelio fue acogido de forma más entusiasta y auténtica por los gentiles – paganos – que por los propios judíos. Es la confirmación de la regla. Nadie es profeta en su tierra. Y es que valoramos a las personas por sus orígenes o apariencias que por lo que realmente son.

Nuestros criterios y convicciones nos vienen muy marcadas por nuestros orígenes, nuestras ideas e influencias de nuestros propios ambientes. Valoramos o desvaloramos según nuestra manera de medir nuestros propios estereotipos. Necesitamos despojarnos y vaciarnos para dejar entrar la Palabra

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.