Un descanso en el Señor. Un descanso que consiste en despejar el camino y vaciar tu corazón para llenarlo de la presencia del Señor y recoger la fortaleza de su Gracia que nos sostiene, nos renueva y nos alienta para, injertados en Él, continuar el anuncio de la Buena Noticia.

Porque, sin la presencia del Señor corremos el peligro de someternos a las seducciones del mundo y apartarnos de lo que realmente el Señor quiere de nosotros, el anuncio de la Buena Noticia. Y es que sin Él nada somos ni nada podemos.

Por tanto, solo en nuestro Señor descasamos y reponemos la fuerzas para, siguiendo sus enseñanzas y apoyados en su Palabra, convertir nuestro corazón en un Corazón como el de Él, compasivo y misericordioso y capaz de reunir y pastorear a todos los que están desorientados y dispersos