Reconocer que la luz no es ni está en este mundo, es el primer paso para acoger a la verdadera Luz, que nos viene de arriba, nace y mora en este mundo y nos alumbra con su Palabra el camino a seguir.
Dios se hace hombre – niño nacido en un pesebre – y como hombre padece y soporta todas las inclemencias y dificultades de la vida humana, como cualquier hombre. Y, semejante a nosotros – menos en el pecado – nos alumbra con su Palabra el camino a seguir para encontrarnos con el Padre.
Luego, es evidente que para eso se acerca a cada uno de nosotros, nos acoge, nos acompaña, nos comprende, nos espera pacientemente y nos da su Misericordia Infinita hasta el extremo de entregarnos su propia Vida. ¿Qué más se puede dar?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.