domingo, 26 de diciembre de 2021

 

Es evidente que nos preocupamos cuando aparecen los problemas o dificultades en nuestra familia o entorno social – trabajo, ambiente…etc – y nos experimentamos afectados por ellos. José y María pasaron unos días de preocupación y angustia buscando a Jesús.

Posiblemente, no entendían que había sucedido con Jesús. ¿Cómo se había perdido? Sin embargo, la evidencia nos descubre que Jesús nunca – ni antes tampoco -  había estado perdido. Él siempre sabía y supo dónde estaba y lo que realmente tenía que hacer. Nunca estuvo solo. Siempre estuvo con su Padre.

Y así, de esta misma manera tenemos que andar por la vida también nosotros. Nunca debemos ir solos, sino siempre injertados en Jesús. Él es el Camino, la Verdad y la Vida, y, permaneciendo en Él y caminando siempre a su lado nunca nos perderemos y, nuestra vida, siempre tendrá sentido

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