viernes, 31 de diciembre de 2021

 

El problema está en nosotros – debilitada nuestra naturaleza por la herida del pecado – pensamos de otra forma y somos frágiles ante las seducciones de este mundo, que, erróneamente preferimos engañados y seducidos por el pecado, antes que la propuesta de salvación que nos anuncia y nos propone Jesús.

No entendemos que la razón por la que Jesús – encarnado en naturaleza humana – viene a este mundo, despojándose – sin perderla – de su condición divina y ser en todo igual a nosotros, menos en el pecado, es simplemente para salvarnos y compartir la Gloria del Padre eternamente con todos aquellos que crean en Él.

Ahora, los hechos están ahí. Y, tanto tú como yo hemos sido creados libres para decidir. Decidir un camino, que se presenta duro y difícil. Un camino que exige negarse y darse, y eso implica despojarse – desnudarse – de todo aquello que te impide dar y darte y liberar tu vida para, como Jesús, amar misericordiosamente sin condiciones.

¡FELIZ AÑO 2022!

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