lunes, 31 de enero de 2022


La experiencia de nuestra vida nos va descubriendo la verdadera realidad de la misma. La cruces aparecen en el camino: rupturas, envidias, egoísmos, riquezas, poder, éxitos, enfermedades…etc. Y el Maligno se siente cómodo en echar más leña al fuego.

Jesús, el Señor, sabe de nuestra debilidad y de nuestra derrota ante el demonio. Acude a nuestro rescate, pero, primero, te pregunta si tú realmente quieres vencer esa batalla. Tendrás que elegir, mundo o amor de Dios. Ambos son incompatibles. No puedes servir a dos señores.

Es evidente que, seguir a Jesús es un camino de cruz, pero, un camino que lleva a la salvación, a la verdad, a la plena felicidad. Porque, precisamente, en la cruz se esconde nuestra máxima aspiración. Lo experimentas cuando realmente has tenido una experiencia de verdadero amor. ¿No lo has notado?

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.