martes, 1 de marzo de 2022

El deseo de riqueza, de poder, de fama, de éxito y de ser más que otros – envidia – nos lanza a poner en el centro de nuestro corazón todo aquello que nos lleva al camino equivocado. Porque, la felicidad no es la propuesta que nos da el mundo, sino la que nos propone Jesús.

Por tanto, lo verdaderamente importante no es lo que tengamos – mucho o poco – sino lo que pongamos  y vive en el centro de nuestro corazón. De modo que, de lo que haya en él hablará la boca. Nuestra vida aspirará a conseguir lo que desee y tenga nuestro corazón.

Será, pues, de vital importancia llenar nuestro corazón de buenos deseos y despojarlo – limpiarlo – de todo aquello que le oscurece la vida, le nubla la vista y lo aparta del único y verdadero Camino, Verdad y Vida. Nuestra felicidad está en ser últimos y no primeros. La felicidad se esconde en la propuesta que Jesús nos hace.

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