Es evidente que, quien
cree, pide, busca y llama. La necesidad de pedir es esconde en el hombre necesitado
y, por tanto, humilde. Muchos, que se ven suficientes y capaces de bastarse por
sí mismo no descubren esa necesidad de pedir. Se bastan a sí mismos y
prescinden de Dios.
Sucede entonces que, la
experiencia de su propia vida le descubre que está necesitado de amor. Quien no
ama, se hunde en el sin sentido y en el vacío. El hombre es un ser en relación
y sin relación no hay posibilidad de amar. Esa necesidad de amar se descubre en
la humildad.
Y, de la humildad, nace la necesidad de pedir, buscar y llamar. Y esa necesidad no encuentra respuesta en este mundo. Sólo, Dios, puede responderte y darte lo que realmente anhelas y desea, felicidad y Vida Eterna.
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