No
observan el porqué de tantos que siguen a Jesús. No se percatan de los
milagros que Jesús hace en y por el bien de los demás. Se cierran a ver la
Divinidad Mesiánica de Jesús. Su Palabra es coherente y lo que dice, siempre se
cumple.
Es
el enviado y viene a salvar a todos y a liberarnos de nuestras parálisis. Sobre todo y de manera muy concreta a los
pobres, a los débiles, a los que claman su generosidad y misericordia. Y así
sucede, los soberbios y endurecidos de corazón se resisten a creer en Él.
Jesús propone y pregunta. Viendo a aquel paralítico le dice ¿Quieres curarte?». Es la misma pregunta que hace a ti y a mí. ¿Qué respondemos nosotros? ¿En realidad creemos en Jesús y que puede liberarnos de todas nuestra parálisis? Jesús nos ha preguntado, ha venido para eso. La respuesta está en nuestras manos.
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