jueves, 14 de abril de 2022

 

Es, en ese momento, la santa cena cuando y donde instituye la Eucaristía. Nos deja su Cuerpo y Sangre, bajo las especies de pan y vino, como alimento espiritual para fortalecernos y no desfallecer.

Es evidente y necesario que necesitamos ese alimento espiritual, Cuerpo y Sangre de Jesús, nuestro Señor, para sostenernos firmes y erguidos en nuestra propia cruz ante los problemas que nos salen en el camino amenazándonos con doblegarnos y perdernos.

La Cruz, signo de salvación, nos sostiene y nos alienta a seguir, llevándola también sobre nuestros hombros hasta ese calvario que es nuestra muerte y nuestro final en este mundo, pero, nuestro paso a la Casa donde nos espera el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.

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