miércoles, 20 de abril de 2022

Ese camino de regreso a Emaús lo hemos recorrido muchas veces. Desde nuestra primera comunión, quizás algo entusiasmados, todo se ha disipado rápidamente y hemos decidido volver a nuestro particular Emaús.

No debe, pues, extrañarnos ese regreso de aquellos dos discípulos, de retirada, a sus casas. Sus corazones estaban a punto de apagarse. La llama estaba casi extinguida. ¿Qué ocurrió entonces para que eso no sucediera?

La experiencia de encuentro con Aquel extraño que, aparentemente no sabía lo que había sucedido, les prendió de nuevo la llama en sus corazones. Y experimentaron que volvían a arder, a entusiasmarse, a vibrar de gozo y alegría hasta el punto de cambiar, de nuevo, el rumbo y volver al grupo a anunciarlo. ¡Hemos visto a Jesús! ¡Ha Resucitado!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.