No se podía soportar, ya menos entender que a Jesús,
que había pasado haciendo el bien, le hubiesen condenado a una muerte de cruz.
Y ellos, los apóstoles, a pesar de que Jesús se los había di cho no entendieron
nada. Quizás nos ocurre también a nosotros ahora.
Cuesta entender que esto haya sucedido. Nos lo cuenta
la historia y, los testigos, nos lo anuncian, pero no parece que nos entre en
el corazón. La cuestión es la fe y la experiencia de un encuentro personal con
el Señor.
Pero, sin lugar a duda, hay que buscarlo y quererlo. Jesús Vive y está en y con nosotros. Sobre todo con aquellos que creen en Él. No se trata de simplemente aceptar la Buena Noticia, sino de vivirla y experimentarla. Es cuestión de fe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.