María
exalta la humildad que Dios ha visto en ella, su esclava, y profetiza como,
desde ahora, la felicitarán todas las generaciones. Y, a través de los siglos,
comprobamos como esa profecía se cumple. María, Madre y patrona de todos los
pueblos.
Ven
Espíritu de la paz para que los hombres, sobre todos los poderosos, entiendan
que la paz se construye sobre la roca firme del amor fraterno, la verdad y la
justicia. Y todo, alimentado en y desde el Amor del que venimos. Amén.
El compromiso del amor se concreta en el servicio al necesitado. Porque, no necesitan que le sirvan los que se bastan por sí mismo, sino aquellos que necesitan – valga la redundancia – ser asistidos y servidos. Y el amor se hace realidad en el servicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.