Hay
dos clase de amor, amarse a sí mismo o amar a los demás, quedando tu segundo
plano. Es decir, amar al estilo de Jesús, o amar al estilo del mundo. No cabe
duda qué amar al estilo de Jesús, siendo más duro, es más pleno. El otro amor
es puro egoísmo.
Al
inicio de cada día, Señor, te pido paz, sabiduría para saber discernir que
camino me lleva a Ti y fortaleza para superar y soportar todas las inclemencias
del tiempo, de las enfermedades y tentaciones que tratan de alejarme de Ti.
¿Dónde
pones tu medida de amor, en el interés del valor de las cosas, o en el interés
de la dignidad de la persona? ¿Acaso, están en tu corazón las cosas antes que
la persona, criatura e hijo de Dios? Dependiendo de esa situación será la calidad
de tu amor.
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