Seguir
a Jesús no es cuestión de cumplir con un calendario de oraciones y prácticas
religiosas. Seguir a Jesús está plenamente relacionado con el amor que tengas y
vivas con el necesitado, el pobre y marginado. Responder a su llamada tiene
mucha relación con el amor.
Soy
débil, pero mi debilidad se convierte en fortaleza cuando vivo en el Señor. En
Él mi debilidad se hace fuerte y supera las adversidades y debilidades de mis
pecados. Por tanto, dame, Señor, la paz, sabiduría y fortaleza de estar siempre
contigo. Amén.
Seguir a Jesús es tomar conciencia de su Pasión, Muerte y Resurrección. Esa Resurrección es el fundamento de nuestra fe y la experiencia de sentirnos alegres, en paz y gozosos cuando experimentamos el amor. Un amor fundamentado en darse gratuitamente.
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