Necesitas
buscarte, encontrarte y preguntarte de dónde vienes y a dónde vas. Esta vida es
un camino que tiene su principio y también su fin. Pero un fin de este mundo
para llegar a otro. Otro donde la felicidad será plena y eterna. Y eso es lo
que tienes que buscar.
Tomar conciencia
de tu presencia, Dios mío, es el motivo que me ayuda a vivir cada día en el
esfuerzo y la actitud de superarme, de estar en actitud de servicio, de
entregarme y de amar como Tú, mi Dios, me amas. Amén.
Puedes pasarte
todo el tiempo pensando como disfrutar los fines de semana. Experimentaras
satisfacciones pero también tristezas. Quizás puesto en la balanza más
tristezas que alegrías y satisfacciones. Y al final nada, todo pasa. ¿No te das
cuenta de que ese deseo de pasarlo bien – felicidad – está dentro de ti y lo
puedes coger para vivirlo eternamente? Existe y Jesús de Nazaret te lo ofrece.
Búscalo y lo encontrarás. Quedarás sorprendido.
La cuestión es creer o no creer. La historia nos dice que son muchos los que no creen. Pero también que son muchos los que han creído y creen. Tener fe es fiarse de la Palabra de Dios. Es un don que hay que pedírselo, aunque hay muchas razones para creer.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.