Es evidente que es
la fe la que nos salva. Una fe en la Palabra del Señor. Pero, cuando hablamos
de fe no hablamos de una fe ciega sino todo lo contrario. Nos referimos a una
fe que está apoyada en la razón y en las obras que Jesús nos ha dejado en su
Vida terrena.
Sé, Señor, que
solo en Ti podré hacer de mi vida un canal de amor y servicio a los demás.
Llena mi corazón de paciencia, de humildad, comprensión y fortaleza para
superar y soportar las adversidades del camino. Amén.
Hay muchas razones para acoger la Buena Noticia que Jesús nos trae. Su Palabra es veraz y sus obras responden y confirman su Palabra. Luego, tenemos el testimonio de sus apóstoles y discípulos que con sus vidas dejan un testimonio de sangre de su Resurrección. Verdaderamente, Jesús ha Resucitado y es el Hijo de Dios. Amén.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.