Es evidente que
todos sabemos que esta vida tiene un final. Lo vemos a diario en muchos de
nuestros amigos y personas conocidas que nos van dejando. La pregunta es: ¿A dónde
van? La respuesta para el creyente es la Resurrección.
Contigo, Señor, el
camino tiene sentido, la verdad fortalece mi voluntad y da seguridad a mis
pasos. Y la vida, Señor, se llena de alegría y gozo al tomar conciencia que Tú
caminas a mi lado. Contigo nada temo ni nada echo en falta.
Muchos, a pesar de que no creen, nada pueden decir que sucederá después de la muerte. Justificarán sus respuesta, que estará mediatizada por sus apegos, apetencias y concupiscencias carnales que les ciegan. Y mirarán para otro lado pero la vida tarde o temprano les presentará la única y verdadera realidad.
Santa Teresa del
Niño Jesús nos ayuda a entender nuestra actitud apostólica desde el lugar que
Dios ha querido que vivamos nuestro camino y compromiso bautismal. El Papa
Francisco nos habla hoy del testimonio de esa santa y de cómo todos, desde
nuestra situación particular, estamos también llamados a la acción apostólica.
Hoy el Papa
Francisco nos presenta el testimonio de santa Teresa del Niño Jesús, patrona
universal de las misiones. Su testimonio, nos dice el Papa, nos ayuda a seguir
reflexionando sobre el celo apostólico.
Un celo apostólico que todos podemos manifestar en el lugar que nos encontremos. Un celo apostólico que nos impulsa a reflejar el amor misericordioso de Dios en cada instante de nuestra vida desde el lugar y rincón en el que nos encontremos a través de la oración e íntima relación con el Señor.
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