Todos buscamos un
tesoro. Nos movemos, caminamos y trabajamos por encontrar un tesoro. Incluso
permaneciendo con los brazos cruzados estamos buscando un tesoro, pues ponemos
todo nuestro deseo en la pereza. Encontrarlo es nuestra mayor alegría y gozo.
Te estoy buscando,
Señor, y no me doy cuenta de que estás a mi lado. Posiblemente no pongo la
debida atención en escucharte o no me tomo en serio lo que intuyo que me dices.
De cualquier manera, Señor, dame paciencia y sabiduría para hacer tu Voluntad.
Amén.
El criterio está
claro: Tienes que moverte, caminar, buscar y confiar en que el Tesoro buscado
es tu esperanza y tu felicidad. Pero, también tienes que descubrir que ese
Tesoro no es de este mundo y, por lo tanto, no se encuentra en él. Búscalo
dentro de ti, en tu corazón, porque ha sido sembrado en él desde la hora de tu
nacimiento.
Buscar un tesoro implica y exige estar en movimiento, en inquietud por ver dónde está ese aludido tesoro que me da la felicidad. Porque, un Tesoro es aquello que te hace inmensamente feliz y te llena de gozo, alegría y paz.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.