Simplemente
reconocernos tal cual somos. No tratemos de esconder nuestros pecados sino al
contrario, confesarlos, arrepentirnos y pedir misericordia a nuestro Padre Dios
que ha venido precisamente a eso, a ofrecernos y darnos su Infinita
Misericordia.
La vida me va
presentando días de rosa y otros de espinas. Te pido, Señor, que sepa soportar
los de espinas y disfrutar los de rosas. Nunca desesperar sino confiar llenos
de esperanza y alegría en Ti siempre dispuesto a morir contigo. Amén.
Son muchos los bautizados y muchos los que han dejado que esa semilla germine en su corazón. Sin embargo, otros han endurecido su tierra interior y no han permitido que su semilla germine en su corazón. ¡La fe, ese don de Dios es algo tan misterioso que no comprendemos! ¡Y me siento dichoso y privilegiado tenerla! ¡Dios mío, te pido que no la pierda y que sea responsable y coherente con ella! Amén.
Alcanzar la
santidad no es cuestión de proponerse hacer grandes cosas o actos heroicos. Se
trata simplemente de actuar con naturalidad y normalidad en la vida de cada día
y según la Voluntad de Dios. Es decir, amar y servir tal y como hizo Catalina.
Hoy el Papa Francisco nos habla de una persona sencilla, humilde y servicial. Esa fueron sus virtudes que el Papa Francisco exalta hoy. Y eso es precisamente lo que significa ser santa, vivir en la normalidad el amor de Dios apoyado en la cruz, signo de amor y servicio.
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