Experimento paz y
sosiego cuando siento que mi vida pueda estar en peligro. Porque, la mayor
amenaza será darle la espalda al Señor mi Dios. Si bien es verdad que el dolor
y la muerte son causas de dolor y sufrimiento, pero en ellas se encuentra la
alegría y la eterna felicidad.
Sé que es
necesario que yo colabore contigo, Espíritu Santo. Para eso me has dado la
libertad y voluntad de elegir y decidir mi camino a tomar. Yo quiero elegir el
que Tú me señalas y te pido que tomes mi vida y la dirijas. Amén.
Levantar la mirada y ver a todos aquellos que han seguido al Señor aceptando también la cruz que les haya tocado vivir nos fortalece, nos da esperanza y nos hace comprender que la asistencia del Espíritu Santo nos dará esa valentía, fortaleza y paciencia para soportar lo que hoy nos atemoriza, nos llena de dolor y nos parece insoportable. Cristo y yo mayoría aplastante.
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