jueves, 5 de octubre de 2023

PENSAMIENTOS EN EL SILENCIO DE LA NOCHE

Reconocernos hijos y pecadores es la condición primera que necesitamos para pedirle, buscarle y llamarle. Porque, nuestro Padre Dios nos dará siempre lo que realmente necesitamos aunque no lo merezcamos ni lo entendamos según nuestros deseos.

Digamos que mi obsesión, Señor, es imitarte en todas mis acciones y actos de relación y responsabilidad en mi familia y en todas mis relaciones. Tratar se ser nexo de paz, de verdad, de justicia, de fraternidad con todos aquellos que mi vida me lleve a relacionarme.

Es evidente que para pedir, buscar y llamar es condición primera experimentar necesidad, falta de condiciones o cualidades y saber o conocer a quien hay que llamar para obtener esas carencias o necesidades. Todo eso exige un paso previo: humildad, confianza y, sobre todo, fe. Sin fe no buscarás ni pedirás. Y menos llamarás.

Experimentar tu condición de pecador y sometido al pecado te impulsarás a pedir, buscar y llamar por tu liberación de esa esclavitud. Y eso solo, descubrirás, te lo puede dar el Señor, tu Padre Dios.

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