La insistencia
descubre tu fe. Porque, aquel que reza con insistencia manifiesta su fe. Una fe
que le llena de esperanza y le motiva a amar tal y como percibe que es amado.
Porque, de no ser así, abandonas, desconfías y desfalleces.
Experimento que
sin Ti, Señor, sin la fe en tu presencia mi vida se derrumba y se vacía. Solo
Tú llenas mi vida de paciencia, de comprensión, de humildad, de suavidad y
bondad. Pero, sobre todo, la llenas de esperanza de verte un día y gozar de tu
presencia eternamente.
La perseverancia prueba la presencia de tu fe. Es síntoma claro que quien persevera es porque tiene fe y cree en la Palabra del Señor. Por tanto, lleno de esperanza y confiado persiste, insiste y reza. Reza pidiendo por sus necesidades y problemas, pero también, reza dando gracias y alabando todo lo recibido, confiado en el Amor Misericordioso de su Padre Dios. Porque, llamar Padre a Dios es descubrir que ese Padre atiende tus necesidades y problemas. Quiere tu bien y atiende tus súplicas. ¿Cómo, si no, podemos llamarle Padre?
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