No hace nada extraordinario pero hace lo que Dios le ha pedido. Y eso es lo único y verdaderamente notable e importante: Hacer la Voluntad de Dios. San José se muestra solicito y fiel a lo que Dios le va presentando en el camino de su vida.
Vuelves a caer,
Señor, ya son tres veces, pero de la misma manera que caes vuelves a
levantarte. Inicias el camino y nos enseña a levantarnos. No es lo peor las caídas
por nuestras debilidades, lo que importa es volver a levantarnos, a confiar en
Ti, mi Señor, y a acogernos a tu Misericordia.
Su presencia, su
obediencia, su confianza y fe en el plan que Dios le va presentando e
indicándole en cada momento, a pesar de no entenderlo ni ser lo que él piensa,
hace de José un varón justo y fiel a la Voluntad de Dios. Hoy es modelo de
padre y custodio de la familia.
Lo especial y diferente de San José es su sencillez y el hacer de lo natural y ordinario de la vida lo extraordinario y relevante, poniendo toda su confianza en obedecer lo que Dios va indicándole en su camino.
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