¿Pensamos que con
nuestro cumplimientos de preceptos: rezos, novenas, Eucaristías …etc., nos
basta para relacionarnos con Dios? ¿Esa es la esencia y concepto de nuestro ser
cristiano? ¿Basamos nuestra relación íntima con Dios en y con nuestros
cumplimientos?
Sólo Tú, mi Señor,
serás capaz de transformar mi vida. Poner paz donde hay turbulencias; poner
paciencia donde hay desesperación; poner valor donde hay miedos; poner
confianza donde hay dudas; poner misericordia donde hay soberbia; poner amor
donde hay egoísmos.
Los verdaderamente
significativo de aquel leproso samaritano fue el sentirse grandemente
agradecido por quien únicamente podía limpiarle. Y sentir el deseo de volver
para agradecérselo, alabarlo y postrarse a su pies experimentando que estaba
delante del verdadero Mesías enviado e Hijo de Dios. Desde esa experiencia y
testimonio, somos también nosotros agradecidos y posponemos nuestros
cumplimientos a nuestra verdadera relación con Dios.
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