Es evidente, está
dentro de ti. No lo busques afuera, ni en la razón o pruebas científicas.
Aunque todo eso te da razones y pruebas para que creas en Él, Dios está en la impronta
de tu corazón. Simplemente, has silencio dentro de ti y escucha su Palabra.
Tú, Señor, eres la
fuente de mi fortaleza; eres la causa de mi vida; eres el gozo y la alegría de
mi ser, y eres todo lo que busco en esta vida, lo que le da sentido y el fin de
todos mis esfuerzos y trabajo. Porque, sólo Tú, mi Señor, eres fuente de Vida
Eterna.
Su Palabra que
está escrita en todas las cosas que existen, pues no en vano han sido creadas
por Él. Y tú, de manera especial, eres su imagen y semejanza. De modo que sólo
tienes que observarte, mirarte a ti mismo, entrar dentro de ti y ver que eres
imagen de ese Dios que te ama misericordiosamente y, tomando tu propia
naturaleza humana, ha venido a anunciarte su Amor e Infinita Misericordia.
FELIZ AÑO 2025
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