No es un año más,
es simplemente un año nuevo de gloria, gozo y esperanza, porque tenemos la
oportunidad de vivir en la presencia del Señor mientras caminamos por este mundo.
Un mundo al que da verdadero sentido su Nacimiento y su presencia de Amor y
Misericordia.
Cada día soy más
consciente de todo lo que he recibido y recibo gratuitamente del Señor, mi
Dios. No merezco nada de todo lo que soy, tengo y recibo. Te doy las gracias,
Señor, y te pido que tome conciencia del Amor Misericordioso con el que Tú me
bendices y me sostienes cada día.
Un mundo de lucha
diaria entre el bien y el mal. Un mundo donde el esfuerzo debe ir siempre, por
la Gracia de Dios, hacia el bien. Un bien apoyado en la verdad, el amor y la
misericordia. Un bien como nos irá enseñando, en la medida que caminamos a su
lado, ese Niño Dios nacido en Belén que también camina con nosotros.
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