Dios ha venido a este mundo encarnado en ese Niño que ha nacido en Belén.
Ha tomado naturaleza humana haciéndose hombre como nosotros, menos en el
pecado, y, despojándose de todo privilegio se ha humillado hasta entregar su
Vida en la Cruz
Sí, no lo puedo negar. Hay muchos momentos que en la vida me siento
cansado y con deseos de dejarlo todo. Pero, también es verdad que siempre me
digo: esa es la cruz; esa es la prueba; ¿cómo, si no, puedo demostrar que creo
en ti, Señor? Y en esos mismos instantes recobro fuerzas para seguir.
Ha dejado tu vida en tus manos. Tú serás quien elegirás vida eterna sin Él o con Él. Y de eso dependerá tu eterna felicidad, que, dicho sea de paso, es lo que busca afanosamente en este mundo. En un mundo, precisamente, que no te la puede dar sino de forma efímera y breve, para volver a dejarte vacío y angustiado. Sólo en Dios serás eternamente feliz y lleno de paz y amor.
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