Quizás
hayas recorrido ya una buena parte de tu vida, y posiblemente no te hayas dado
cuenta de que esa felicidad que buscas no está fuera, en el mundo, sino dentro
de ti. La sientes y experimentas cuando, quizás sin darte cuenta, has amado.
Esa es la pregunta a la que debemos, queramos
o no, dar respuesta en nuestra vida. A pesar de nuestros rechazos e
indiferencia, el Señor mantiene su Amor Misericordioso y nos da siempre la
oportunidad de arrepentirnos y abrirle nuestro corazón. Ahora, tú y yo tenemos
la palabra.
Y es precisamente donde tienes que buscarla, dentro de ti. No es cosa nueva, lo experimento San Agustín cuando descubrió que esa felicidad que buscaba estaba dentro de él. Y también te pasará a ti cuando descubras que ese amor que en potencia está dentro de ti, te viene de ese Dios que no adviertes que es a quien realmente buscas.
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