miércoles, 29 de enero de 2014

LA NOCHE: UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

Es curioso pero la experiencia nos descubre que las cosas tienen que pasar para que las tengamos en cuenta y las aprendamos. Separaciones matrimoniales, por ejemplo, no se cultiva bien la etapa del noviazgo y no se le presta cuidado ni atención. Luego las consecuencias son las que observamos a nuestro derredor.

No se valora la experiencia de los que ya se han equivocado e informan a los que empiezan. A mí, se dice, no me pasará eso. Posiblemente, muchos de los que se duelen de no haber acertado o tener mala suerte lo hubiesen evitado si el noviazgo se lo hubieran tomado en serio.

Cuando el amor se cultiva y se sabe lo que es, las dificultades, las diferencias y los defectos se superan. Sobre todo los creyentes, porque Jesús es invitado y está en medio. Con Él todo se supera.

3 comentarios:

  1. Esto me trae a la memoria unas palabras del Papa Benedicto XVI instando a los jóvenes a "no quemar etapas" durante su noviazgo. Como bien dices, el amor se cultiva y, desde luego, en el caso de los creyentes, Jesús debe ser el centro. Poco podemos hacer si no somos Cristocéntricos.

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  3. No hay ninguna duda, el matrimonio que realmente invita al Señor, "Sacramento, y vive en el Señor supera todo contratiempo porque Jesús es el vértice (como en un triangulo) y une fuertemente a los lados.

    Todos los días le pido a Jesús que nos una (a Berta mi mujer y a mí) y celebramos muchas Eucaristías juntos. Nos parece imposible vivir separados. Así, por la Gracia del Señor llevamos ya 43 años. Espero, si Dios nos concede ese regalo y momento, celebrar los 50 años renovando la promesa matrimonial.

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