domingo, 13 de abril de 2014

LA NOCHE, UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

Cada día buscamos felicidad, y lo hacemos buscando sensaciones y emociones que nos ayuden a sentirnos bien y seguros. La comida, el juego, el descanso, el deporte, la competición, el ejercicio, el trabajo, las relaciones sociales...etc. Cuando no lo logramos experimentamos malestar, desasosiego o aburrimiento. Queremos estar siempre felices.

Sin embargo, experimentamos que el día avanza y las horas se suceden una detrás de otra. Todo pasa, es nuestro último sentimiento, y terminado el día queremos, una vez descansado, volver a lo mismo, a la búsqueda incansable de la felicidad, pero siempre pasa lo mismo y se hace rutina. Rutina que amenaza con cansarnos y resignarnos a que la felicidad es utópica.

Y es verdad, el mundo no guarda la felicidad. Es caduco y vacío y sólo sirve de medio para alcanzar la única y verdadera felicidad eterna. Porque la Felicidad está en descubrir que Dios es nuestro Padre. En Él seremos eternos y felices.

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