lunes, 14 de abril de 2014

LA NOCHE, UN BUEN MOMENTO PARA PENSAR

Una chispa insignificante, hasta tal punto de no darle importancia, puede encender y provocar el mayor de los desastre. Una simple mordida a una pequeña manzana; una simple mirada de odio o un pequeño hábito que no parece molestar ni inquietar, pueden dar al traste toda una vida de felicidad eterna.

De la misma forma, una chispa de luz puede alumbrar todo un horizonte y despejar un camino que en la medida que se recorre, su luz y horizonte se hace más hermoso. La vida de la Gracia empieza por un tímido sí, si quiero, y unos dubitativos pasos llenos de miedos, inseguridad y riesgos. Pero la luz sigue alumbrando y el camino se vuelve cada vez más luminosos...

Al final prende todo tu corazón y la llama, ya incandescente, es un haz de rayos de colores llenos de gozo y felicidad eterna. Vale la pena encender esa chispa de Luz.

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