Si al rezar tus oraciones experimentas que no inciden en tu vida, posiblemente no estés rezando sino tratando de cumplir una piedad litúrgica desencarnada, que se reduce a un cumplimiento de normas y preceptos. El cristiano no vive una religión sino una relación con Alguien que Vive, Jesús, muerto y Resucitado.
Esa relación le lleva a vivir él de la misma manera que Jesús. Por lo tanto, en su relación (oración) trata de pedir fuerzas y sabiduría para vivenciar las mismas actitudes de Jesús en su vivir y luchar de cada día. La oración, pues, consiste en eso: Llevar a tu vida el estilo de vida de Jesús.
Si tu vida no es reflejo de tu relación (oración) con Jesús, tú oración es baldía.
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