Ser responsable es la capacidad de responder al compromiso contraído. A veces, siendo responsable, no tienes capacidad de respuesta, pero en otras teniéndola no quieres responder y eludes tu responsabilidad. Algo así nos ocurre frente a la Palabra de Dios.
Habiéndola recibido, escuchado y presenciado en sus milagros, no hemos deseado responder. Indiferentes hemos seguido con lo nuestro despreciando, por intereses, comodidad, egoísmo, el Mensaje propuesto por Jesús. Es lo comentado en Mt 11, 20-24 por Jesús y su recriminación a aquellas ciudades.
Quizás nosotros no estemos tan lejos de vivenciar una actitud similar a los habitantes de esas ciudades aludidas.
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