Hay que morir, y eso significa que el camino no está en
conseguir tesoros aquí abajo, sino, valiéndose de ellos atesorar otro Tesoro
que se conoce con el nombre de “Amor”. Un Tesoro que consiste en darse y dar, compartiendo lo que
se tiene y aliviando el sufrimiento de otros.
Porque al darte está dejándote morir a tus egoísmos para
ofrecerte al bien necesario, no superfluo, de los demás. Y el premio es la Vida Eterna.
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