lunes, 11 de agosto de 2014



Nuestra naturaleza está inclinada a aspirar a lo más grande. Y lo más grande en este mundo son honores, altos cargos, poder, riquezas, privilegios y ser considerado el mejor. Esto es por lo que los hombres se afanan, luchan y trabajan, e incluso llegan a enfrentarse, a odiarse, a luchar hasta el extremo de matarse.

Jesús propone otra cosa: "Si quieres ser el primero, busca el último lugar". El lugar del servicio, de lo pequeño, de lo simple, de la obediencia, de la sinceridad, honradez, justicia y hasta la inocencia. Mirarse en las actitudes de los niños que son limpios e inocentes y abandonados en los brazos de los padres.

Aspirar a vivir en la obediencia de la Palabra de Dios y en la seguridad de que como Buen Padre me proveerá siempre de lo mejor para mi bien.

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