Nos alejamos cuando nuestras ideas no coinciden con las del vecino. Eso nos descubre que nuestra fe en el Señor está muy inmadura, porque Jesús es nuestro amigo a pesar de las diferencias, incredulidades y otras que nosotros mantenemos con Él.
Jesús tiene una y mil razones para dejarnos y para cansarse de nosotros, y sin embargo nos quiere y nos aguanta permaneciendo a nuestro lado y tendiéndonos sus Manos para acoger, comprendernos, ayudarnos y darnos todo su amor y salvarnos.
¿Cómo podemos nosotros, a pesar de nuestras diferencias alejarnos y no soportarnos, comprendernos y, por encima de todas nuestras ideas, amarnos? ¿No es nuestra idea la de Jesús? ¿Y la de ellos también? ¿Entonces qué y quién falla?
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