Estás en continuo movimiento, y cada movimiento va dirigido a obtener fruto. Caminas para hacer ejercicio físico y con el movimiento ejercitar tus músculos y mejorar tu circulación, corazón. Descubres que buscas un resultado.

De igual manera, cualquier otra acción va encaminada a obtener resultados que beneficien tu vida y la mejoren. Todos esos frutos serán para tu propio bien. Una vida sin frutos pierde el sentido y avisa que está enferma.

Jesús nos invita a dejarnos la vida por servir en beneficio de los más pobres y necesitados. Y nos anima a dar frutos en ese sentido. Lo que hemos recibido démoslo gratis, porque nos ha sido dado gratuitamente. Los mejores frutos son los ofrecidos gratuitamente.