El hombre que busca la verdad y la justicia no teme a
la ley, porque toda su vida busca en la normalidad vivir dentro de la ley. Y es
que vivir en la verdad es hacer todos tus actos rectamente y justamente. Por
eso, no temes ni importa que se pongan leyes, porque tu impulso natural es
cumplirla.
Llenar todos tus actos de
buenas obras que hablen de rectitud, caballerosidad, justicia y verdad es la
razón que debe mover, por ley natural, a todo hombre. Eso es lo que todos
queremos y pensamos hacer. Pero las pasiones y egoísmos nos desvían y tratamos
de ocultarnos.
Es lo que hizo Adán y Eva tras sentirse tentados por
la ambición de ser tan grandes como Dios. Igual nos ocurre a nosotros en el
mundo. Queremos ser grandes y dirigir nuestras vidas, y tememos a la ley
verdadera e inventamos nuestra propia ley, que vive en la mentira.
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