lunes, 12 de septiembre de 2016



El amor se demuestra cuando realmente se necesita. No es ocasión buena para demostrarlo cuando todo va bien, sino que es en los momentos difíciles cuando se tiene oportunidad de demostrarlo. Así en la enfermedad o en peligro de muerte tú descubres que eres querido por aquel que te atiende y se esfuerza en salvarte.

Es lo que transparentó aquel centurión con respecto a su siervo. Le importaba mucho su salud y lo demostró suplicando la ayuda de Jesús en el que confió que le podía salvar. Y no sólo eso, sino considerándose indigno de que fuese a su casa, le envió aviso que lo mandase de palabra y bastaría.

Porque él, siendo un simple centurión tenía soldados a su cargo a quienes les mandas esto y lo hacen, y siervos a quienes les dice ven, y vienen. Y Tú, Señor, que tienes Palabra de Vida Eterna y todo lo puedes, sólo te basta desearlo.

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