jueves, 8 de septiembre de 2016



Tener fe es creer en alguien y seguir las indicaciones y estilo de vida de ese alguien. Cuando decimos que creemos en Jesús, el Hijo de Dios, estamos diciendo que queremos seguirle y vivir según su estilo. Y esa fe que profesamos debe verse en el estilo de nuestra propia vida.

Es el ejemplo que nos dan todos los que han creído en Él. De manera muy especial la Virgen María. María es ejemplo de fe y de vida. Su incondicional Sí al deseo de Dios de ser la Madre de su Hijo cambió su vida, y la llevó hasta los pies de la Cruz donde fue crucificado su Hijo. 

Por eso es la Madre, la Madre de todos los hombres que, como Ella, siguen a su Hijo, Jesús, el Señor, y se esfuerzan en seguir su ejemplo de fidelidad y perseverancia. La Madre que tenemos en el Cielo y a la que imploramos su intercesión, como en Caná, para que, por la Gracia del Espíritu Santo seamos fortalecidos y conducidos hacia la presencia del Señor.

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