lunes, 2 de enero de 2017

El testimonio de Juan Bautista es justo y veraz. No quiere pasar por otro y dice lo que realmente entiende y ve:  No suplanta a nadie y dice lo que proclama.

Puede, su testimonio, servirnos de ejemplo y hacernos reflexionar sobre nuestra conducta e intenciones. ¿Realmente, nosotros actuamos así? ¿Tratamos de esconder nuestras buenas acciones y no sacarlas a la luz para que nos alaben y nos hagan honores? ¿O somos de los que aprovechamos estas oportunidades para lucirnos?
                 
¿Aceptamos humildemente lo que somos y donde Dios nos ha puesto? ¿Aceptamos las cualidades y capacidades que hemos recibido del Señor y las ponemos, por muy humildes que sean, al servicio de los demás? Todos tenemos una misión, y, como Juan, debemos ponerla al servicio de los demás para Gloria de Dios.

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