Pero, nuestra experiencia es que la vida se va. Tiene fecha
de caducidad y no parece que haya remedio. Vivir con la esperanza de que la
vida tenga su etiqueta de caducidad es vivir sin esperanza. Y eso amarga y
desespera al hombre. Su alegría y gozo dura poco, pues cuando aparece la
tragedia todo está perdido. No es fácil vivir así.
Sin embargo, para el creyente, la vida tiene otro
significado. Independientemente de que sea dura y tenga horas de sacrificios y
luchas, se camina con esperanza, Con la esperanza de que la muerte no tiene la
última palabra. La Pascua de nuestro Señor acaba con la victoria de la Vida
sobre la muerte. Jesús, el Señor, ha Resucitado.
Y eso es lo que
importa. El creyente vive en la esperanza de la resurrección. El camino, a
pesar de sufrimientos, negaciones y renuncias, es camino de esperanza y
salvación. En nuestra pascua también será vencida la muerte, y resucitaremos a
la Vida Eterna en el Señor Jesús.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.