Posiblemente respondamos
como aquel enfermo. En lugar de responder con un sí, justificó que no podía
llegar a tiempo cuando las aguas se agitaban. Algo así como, quiero, pero me es
imposible. Ignoraba quien se lo preguntaba. Igual nos puede pasar a nosotros,
ignoramos que el Señor lo puede todo y, ¡claro!, te puede curar.
Sin embargo, aquel
enfermo respondió al mandato de Jesús: «Levántate, toma tu camilla
y anda». Y eso no
se hace si no hay fe. Creyó y se puso en pie. Pero la fe nos exige dar
testimonio, porque se fijarán en nosotros y estarán atentos a nuestra actitu y
obras.
¿Estamos nosotros dispuestos a dar
testimonio de nuestra fe? ¿Esperamos un milagro para ello, o, por el contrario,
actuamos coherentemente con nuestra fe? ¿Creemos realmente que estamos ya
salvados, salvados por la Gracia de
Dios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.