domingo, 23 de julio de 2017

Siempre hay esperanza de que el bien, verdad y belleza, se imponga al mal, mentira y feo. Porque eso es lo que quiere todo hombre que se precie de ser hombre. Nadie quiere mentir, y menos luchar y matar. Pero, las malas hierbas tientan y despiertan la envidia, la vanidad, la soberbia y amenazan destruir la buena semilla.

Y no hay solución. Se ha de vivir con esa amenaza y peligro. Junto a la buena semilla plantada, crece la mala hierba, que, sin darnos cuenta, quizás cuando dormíamos, el Maligno plantó. Por eso no estamos solos. El Espíritu Santo nos acompaña y nos defiende y asiste para ayudarnos a defendernos y a evitar que la mala hierba nos destruya.

No perdamos la fe. La palabra acogida en nuestro corazón crecerá y se extenderá, iluminando la verdad con justicia y belleza. Y los hombres se cobijaran en ella, porque el final traerá a los segadores, ángeles del Señor, para emprender la siega. Y aquellos que no sean trigo bueno serán atados en gavillas para arrojarlos y quemarlos al fuego.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.