Responder lleva implícito dos compromiso: a) dar mi opinión
descomprometida sobre lo que pienso, sin concretar ningún compromiso sino
meramente como un simple opinión; b) dar una respuesta que compromete mi vida y
que me implica en un seguimiento que le exige un cambio de orientación y rumbo.
En el primer caso, no pasa de una simple opinión, que duerme
en la indiferencia y no afecta a tu vida, pues la miras como algo está ahí,
pero que no llega a tu corazón. Es como semilla que cae en tierra, pero se ahoga
con las malas hierbas y la escasez de agua. Y en el segundo, es como semilla
que hunde sus raíces profundamente y germina para dar frutos.
Al final lo que
verdaderamente importa es lo que crees tú, y eso que dices se cree cuando tu
vida queda conformada en, por y con Xto. Jesús. Y eso ocurre cuando tu
experiencia vital experimenta que Él está entre nosotros, y nos acompaña en el
camino que nos libera y nos salva. Porque, sólo con Él podremos encontrarlo y
recorrerlo.
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Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.