domingo, 1 de octubre de 2017

El Evangelio de hoy habla de eso. Nos dice que dos hijos desobedecieron al padre. Uno, porque le negó lo que le pedía; el otro, porque aparentó obedecerle, pero luego no lo hizo. Ambos le engañaron, sin embargo, el primero, aun negándole lo que el padre le pidió, tuvo arrepentimiento e hizo la voluntad del padre.

Esa, la actitud del primero, es la verdadera. Porque, incluso habiéndole engañado, hizo lo que el padre le había pedido. Y lo hizo porque comprendió su error y tuvo dolor de corazón. Es decir, arrepentimiento. Es eso lo importante, tener dolor de corazón y arrepentirnos, porque eso nos dará siempre la oportunidad de ser perdonados.

Nuestra naturaleza es débil y propensa a pecar. Y nuestro camino es un combate diario por evitar el pecado. Sin embargo, será difícil no caer, pero siempre tendremos la oportunidad de levantarnos e irnos perfeccionando. Por eso, el Señor nos habla de su Misericordia, y eso es lo que ha venido a buscar. Que seamos misericordiosos como Él lo es con nosotros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Tu pensamiento es una búsqueda más, y puede ayudarnos a encontrarnos y a encontrar nuestro verdadero camino.