jueves, 25 de enero de 2018

En el Evangelio de hoy Jesús nos envía a proclamar la Buena Noticia, y dice que aquel que no cree se condenará. Por el contrario, afirma que aquel que cree y se bautice se salvará. Lo lógico es que quien cree en Jesús solicite el bautismo, y el que no cree no quiera el bautizo. Cada cual tendrá su responsabilidad.

Todos conocemos, incluso en nuestras propias familias, personas que no se han bautizados. No es el caso de aquel que no sabe nada de Jesús, sino personas que le rechazan y no quieren saber nada de Él. Por lo tanto, son ellos los que se excluyen y se condenan.

También, Jesús se dirige a nosotros, a los que creen, y nos envía con los mismos poderes que a sus apóstoles. Hemos recibido el Espíritu Santo en nuestro Bautismo y estamos llamados, injertados en El, a proclamar el Evangelio, confiados y auxiliados por su Gracia. Porque es el Señor quien actúa en nosotros.

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